En el 2024 el comercio entre Estados Unidos y China alcanzó los 585.000 millones de dólares, evidenciando una desproporción entre un país y el otro. Estados Unidos importó más de 440.000 millones de dólares desde China, mientras que exportó solo 145.000 millones. Esta diferencia generó un déficit comercial de 295.000 millones de dólares, lo que ha sido uno de los puntos de fricción clave.
En días anteriores, Donald Trump decidió imponer aranceles de más del 100% sobre ciertos productos chinos, la respuesta de China fue imponer un arancel del 84% sobre las importaciones estadounidenses, lo que diferentes frentes y analistas anticipan una posible guerra comercial de escala inimaginable entre estas dos potencias y, que en su camino no solo podría afectar sus dos economías, sino también hacerlo a nivel global.
¿CUÁL ES EL IMPACTO DE LOS NUEVOS ARANCELES Y BARRERAS COMERCIALES?
Muchas compañías a nivel mundial han sentido el impacto de estas medidas arancelarias, siendo Apple el primero con una caída del 20% en el valor del mercado debido a las tarifas. Estamos próximos a una posible desaceleración del crecimiento económico y reducción de la inversión dado que Estados Unidos y China representan el 43% de la economía mundial y su desacuerdo podría repercutir en otras naciones, especialmente aquellas dependientes de la manufactura china o de sus exportaciones.
PRODUCTOS CLAVE ENTRE EE. UU Y CHINA
Entre los productos que más se exportan de EE. UU a China se encuentra la Soja, utilizada en la alimentación del ganado porcino, así mismo, productos farmacéuticos y petróleo. Por otro lado, China también es clave en la economía de Estados Unidos ya que es el principal proveedor de productos esenciales para EE.UU. como teléfonos inteligentes, computadores y baterías.
El impacto de los nuevos aranceles sería significativo para ambos países, ya que no solo elevarían los costos de consumo, sino que también afectarían a sus industrias tecnológicas y manufactureras que dependen de componentes de ambos países.
Es así como al final esta posible guerra comercial tendría efectos a nivel global, ya que, si el conflicto se intensifica y ambas economías caen en recesión, el crecimiento global se ralentizaría y la inversión extranjera directa podría reducirse afectando principalmente a mercados emergentes que dependen de la inversión tanto de EE.UU. como de China.
Fuente: El País – Semana